Ella: Sí, es preciosa.
Él:¿Ves aquella otra estrella? La otra muy brillante junto a la anterior.
Ella: Sí, claro que la veo
Son como nosotros, tan cerca pero tan brillantes que al cegarnos esa hermosa y radiante luz nos confunde y retrae.
Y ahora quiero pensar, que estamos los dos mirando el mismo cielo, y recordando que estamos tan distantes y confundidos, pero tan cerca al fin y al cabo de un amor sin límite.
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